La semana pasada le regale el libro "Para mi hijo" a mi madre... como era de esperar la sorpresa y los recuerdos de su infancia pudieron con ella, se fue al pasillo llorando y yo tras ella. Entre improperios que no voy a reproducir acerca de mi persona, no dejó de emocionarse durante un buen rato. Mi objetivo estaba cumplido y mi madre revivió por unos momentos aquellos maravillosos años de su infancia, llenos de alegrías y de dificultades también. Fueron tiempos difíciles para ella.
Hace apenas media hora le he regalado el segundo libro a su hermana, mi tía. Reconozco que se resistió a la emoción, pero pesan más y siempre los buenos momentos que los malos y, aunque su marido ha fallecido recientemente, este suceso ha venido a ser un punto de inflexión en su mundo emocional, simplemente no se lo esperaba... esa es la magia de los auténticos regalos. Mi abuela, ya muy mayor, ni se enteró viendo sus novelas, como en las películas.
Tengo que reconocer que ambos acontecimientos no habrían podido tener lugar sin tu disposición, por lo que te estamos muy agradecidos.
Espero que sigas cosechando éxitos pues tienes todos las cualidades para conseguirlos.
Gerardo Merino
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Gracias Gerardo por dedicar tu tiempo a escribirme este hermoso testimonio: es mi mayor satisfacción. Un fuerte abrazo para ti y los tuyos.
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